SEMANA DE ARQUITECTURA . RESEÑA .

La Calenda, fiesta de bienvenida Oaxaqueña.

La semana de arquitectura de la Universidad Iberoamericana se realizo en 2 partes esta ocasión.

La Sociedad de Alumnos de la carrera de Arquitectura estuvo a cargo de la organización de esta famosa semana en la Ibero, la cual esta ocasión tuvo sede en 2 distintos lugares al mismo tiempo, en la Universidad Iberoamericana aquí en la ciudad de México, y en la ciudad de Oaxaca, a la cual fue una libre elección a qué lugar queríamos asistir siempre y cuando contaran con nuestra participación como estudiantes. Yo elegí ir a la ciudad de Oaxaca.

La ciudad de Oaxaca, todavía conserva ese «folklore» mexicano que nos caracteriza como lo que somos, una sociedad fiestera, unida y solidaria a la hora de hacer las cosas en equipo. La sociedad de Alumnos organizaron a mi punto de vista una buena semana de arquitectura, bien organizada, y aparte aportando algo que en mi estancia en la carrera no se había vivido, que era un viaje con motivo de arquitectura, en una ciudad que quizás no sea nuestros primeros lugares en la lista de visitas de nuestras familias, o que en algunas ocasiones, ni recordamos, pero que cuenta con una gran cantidad de arquitectura, prehispánica, colonial y contemporánea la cual seguramente todos los que asistimos, jamás olvidaremos.

Las conferencias fueron una manera de expresar diferentes aspectos de como formar una ciudad, o como está formada, si se toma en cuenta, el arte, las artes visuales, las fotos, y nos dimos cuenta que también todos estos elementos ayudan a formar una ciudad, o más bien ayudan a complementar una ciudad, y a definir ciertos aspectos de ella.

Nosotros llegamos al viaje y asistimos no a todas las conferencias, si no a las de nuestro gran interés, porque también teníamos la curiosidad de conocer esta ciudad y sus partes místicas que caracterizan la ciudad, por lo tanto dedicamos tiempo en explorar la ciudad y sus alrededores recorriendo lugares como Monte Alban, Mitla, Teotitlan del Valle, Zaachila, Tlacochahuaya, Cuilapan de Guerrero y el famoso árbol del Tule.

De Monte Alban y Mitla, las zonas prehistóricas de los Zapotecas, es una zona que cuenta con mucha reserva natural, pero también debido a falta de recursos, no todos los asentamientos han sido descubiertos, pero podemos contar con una gran extensión de ruinas arqueológicas que forman parte como patrimonio de la humanidad.

Teotitlan del Valle, es famoso por sus tapetes e hilados de lana pura, las personas que habitan este pequeño pueblo, hablan el zapoteco, consiguen la lana de la sierra mixteca, que es donde se produce esta lana debido a las bajas temperaturas, pero es aquí donde con colores naturales obtenidos a través de la Grana Cochinilla y colores naturales, hacen los teñidos de la lana creando así teñidos naturales y tejidos a mano lo cual es una obra artesanal de alto valor monetario y valor cultural.

Zaachila es un mercado de comida, la verdad al visitarlo estábamos algo hambrientos, por lo cual se nos hizo un paraíso de comida, donde la comida oaxaqueña habita, como memelitas de frijoles, quesadillas de queso Oaxaca, tlayudas, enchiladas, enmoladas, enfrijoladas, etc. etc…

Tlacochahuaya y Cuilapan de Guerrero son ex conventos, los cuales todavía podemos visitarlos y asombrarnos de etas construcciones magnas que todavía siguen en pie, bueno, algunas partes, ya que también tampoco están en perfecto estado.

Y así termina nuestro recorrido por la ciudad de Oaxaca y sus alrededores, ciudad de un misticismo impresionante, y una alegría que no siempre estamos en contacto con ella.

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