Uno de los temas más controversiales del CUPA es el del área libre. Evidentemente la arquitectura de sitio revela una etapa nueva que propone plantas libres y una densificación al máximo para poder incrementar el área libre. Sin embargo el espacio no está aprovechado al 100%; las azoteas de los edificios contraresta significativamente el porcentaje.
Si hablamos del complejo como un organismo dentro de otro más grande (que serían sus alrededores), digamos que no es totalmente independiente, sin embargo no está muy lejos de serlo. Con el proceso natural de inmediatizar los servicios y necesidades, los vecinos de la zona, se han encargado de que el lugar en general sea prácticamente autosuficiente. No creo que haya sido un error de Pani no haber utilizado las azoteas de los edificios, pero me gustaría pensar que en esos tiempos no era necesario sacar ventaja de esos espacios que hoy día, no se pasarían por alto. Mi propuesta radica en darles uso a las azoteas, teniendo lugares para fomentar tanto la interacción de los vecinos como pequeños huertos que correspondan a cada uno de los departamentos. Pendientes para la recopilación de agua y el sistema de tratamiento para poder darle uso. Además, creo que la retroalimentación se promovería de una manera radical. Adjunto a esto, no sería mala idea buscar espacios para talleres en los que difundan la información necesaria para poder hacerlo, pensando en que uno de los complejos del mexicano, es ser anti autodidacta por excelencia. Esta idea tendrá efectos en otros factores como la circulación por ejemplo. Probablemente no cubra la demanda necesaria para el incremento de flujos verticales, lo cuál nos habla de una posible implementación o rehabiltación de circualciones.