LA VILLE SAVOYE Y SU CONTEXTO

La Ville Savoye es un perfecto ejemplo de cómo la arquitectura y la naturaleza logran tener una conexión ideal. La casa a su exterior logra adaptarse a la naturaleza de manera muy sutil y agradable. Responde a la voluntad de la arquitectura y a lo que el arquitecto quiso expresar en su obra, dándole importancia no solo al lugar, pero también al ambiente que crea, el sitio y la vegetación que la rodea.

 

 

Sitio:

Poissy, un pequeño poblado en Francia, se caracteriza por sus extensos terrenos, sus amplias calles, gran densidad en la vegetación, y espacios en donde el uso de suelo principalmente es vivienda. La altura de los edificios no sobre pasan de los 5 niveles, lo que mantiene un paisaje armonioso el cual parece ser continuo, dando una perspectiva diversa a cualquier otra ciudad en el mundo.

 

 

 

Los árboles que rodean la Ville Savoye, dan un aspecto de privacidad al terreno, ya que funcionan como una barrera no solo de vegetación, pero una barrera que funciona de forma acústica ya que de cierta manera aísla a la casa de cualquier ruido que exista a su alrededor el cual puede ser por las calles cercanas, o por los edificios de los lados que de cierta manera no tener presencia alguna dentro del perímetro, dando como consecuencia que la casa y su terreno queden completamente aislados del mundo brindando armonía y tranquilidad al usuario.

 

 

 

 

La casa, un paralelepípedo perfecto, el cual cumple con 4 fachadas similares entre sí, las cuales debido a la orientación de la casa y del terreno, corresponden a los 4 puntos cardinales, lo cual hace que el arquitecto abra ventanas a lo largo de cada una de las fachadas de esquina a esquina para no solo aprovechar que la luz natural entre por cada una de ellas, o lograr tener vistas espectaculares de cada uno de los puntos dentro de la casa,  pero también dejando entrar a la naturaleza como si la misma casa le perteneciera al entorno.

Le Corbusier proyectó la Ville Savoye tomando en cuenta cada uno de sus detalles, desde la orientación, la iluminación, el contexto, el programa, hasta la vegetación que la rodea.  Pero una de las cosas más importantes es como fue pensada en base a su estructura y su funcionamiento. A lo que voy es que es una casa la cual tiene 3 niveles; el primer nivel corresponde más que nada al paisaje, de cierta manera logra meterse y continuar por debajo de la casa dejando entrar el jardín reflejándose así en los pilotis que se encuentran separados entre si y que se encuentran remetidas dejando así el paso libre sin bloquear con fachada alguna. En el segundo nivel se encuentran las áreas públicas y privadas de la casa, pero le Corbusier usa uno de los 5 puntos en donde las ventanas son completamente longitudinales abriendo así en las fachadas no solo entradas de luz, pero generando vistas al exterior dejando entrar la naturaleza de manera visual,  entendiendo perfecto la relación que tiene el interior con el exterior, el entorno y su contexto. En el tercer nivel crea una gran terraza, una especie de roofgarden, el cual te obliga a ver lo que te rodea a contemplarlo y a absorberlo, a sentirte en otro espacio completamente de la casa, no solo estas al exterior pero lo vives, es aquí donde se refleja una gran conexión de la arquitectura con el espacio en donde se encuentra y su importancia tanto de la una como de la otra.

 

 

 

La Ville Savoye tiene una gran ventaja de ser una casa que no altera de manera alguna el terreno en el que se coloque, ya que es una obra la cual podría funcionar en cualquier parte del mundo; aunque su manera de encajar con el terreno en el que se encuentra actualmente, el territorio que la rodea, el ambiente que generan mutuamente la casa así como el terreno, es completamente diverso a como se comportaría en cualquier otro sitio, ya que cada uno de los elementos responden a lo que se había pensando para esta gran obra que hoy en día se levanta como una de las obras más importantes de Le Corbusier.

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