Una biblioteca dentro de un monasterio

Mount Angel

La biblioteca de Mount Angel en Oregon es un claro ejemplo de cómo dentro de un proyecto preexistente, de un determinado emplazamiento, se puede proyectar un nuevo edificio que no solo no rompa con el contexto, si no que logre un diálogo con sus edificios colindantes y tome ventaja de las circunstancias del propio terreno.

Una muestra clara de cómo es que este edificio es consciente de sus colindancias, es el manejo del material (ladrillo pálido) de la fachada frontal que se continúa hacia el patio interno del monasterio, generando así una imagen homogénea y continua de “un solo proyecto”.

 Este proyecto tiene como eje principal un cilindro que da lugar a  las circulaciones verticales, dejando así  a su alrededor el amueblamiento que tiene las colecciones de libros y en su perímetro  las áreas de lectura que reciben la luz directa.  El esquema es  radial  generando una curvatura en una de sus fachadas que parece responder a las curvas de inclinación de la ladera en que esta situada y aprovechar la iluminación que esta orientación brinda a los espacios de lectura. Pareciera que la estructura de el edificio esta conformada por los estantes, y aunque no es cierto, si son estos los que organizan la especialidad de la biblioteca.

 La volumetría se muestra compleja mientras que el proyecto esta regido por tres planos que se van posicionando respetuosamente hacia la inclinación de la escarpada ladera. Además, el arquitecto  tuvo la sensibilidad suficiente par la conservación de de todos los árboles del solar. Pareciendo un problema el número de árboles que afectaban algunas vistas, Aalto generó miradores estratégicos lejos de las zonas de lectura para no distraer a los usuarios.

 La distinción entre lo interior y exterior también se manifiesta en la utilización de distintos materiales en la fachada y en los paramentos interiores: ladrillo en un caso, madera y yeso en otro. Además las ventanas se cubrieron con pantallas de madera rojiza para tamizar la luz solar, de forma que no dañara los libros ni deslumbrara a los lectores.

 

 Conclusión:

 Alvar Aalto es un arquitecto que logra configurar un proyecto con la sensibilidad suficiente como para entender su contexto y así integrarlo y más aun, para aprovechar, lo que podrían parecer desventajas de un terreno, para la generación de espacios muy interesantes. Del mismo modo hace un uso excelente de los materiales que con el juego de luces dan una identidad a cada uno de los espacios dentro del edificio.

Después de comentar esto, no cabe duda que un gran ejemplo es la Biblioteca del Monasterio Benedictino de Mount Angel ,Oregon.

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