El sistema estructural, elemento en la arquitectura

En la arquitectura, la estructura es y ha sido siempre un componente esencial de la arquitectura, y es precisamente el arquitecto quien, durante el proceso de diseño, crea o idea la estructura y sus proporciones correctas, siguiendo el camino intuitivo y el científico, tratando de lograr una combinación armónica entra la intuición personal y la ciencia estructural.

Al hablar del diseño de un sistema estructural, o mecanismo resistente, se habla del proceso creativo mediante el cual se definen las características de un sistema para que cumpla con sus objetivos. Cuyo objetivo principal es equilibrar las fuerzas a las que va a estar sometido, y resistir las colicitaciones de las acciones exteriores sin colapso o mal comportamiento.

En sí, a la hora de diseñar una estructura, ésta debe cumplir tres propiedades principales: ser resistente, para que soporte sin romperse el efecto de las fuerzas a las que se encuentra sometida, ser rígida, para que lo haga sin deformarse, y ser estable, para que se mantenga en equilibrio sin volcarse ni caerse.

Sin lugar a duda, el arquitecto como diseñador, deberá organizar en el espacio que está creando los distintos elementos estructurales que aportaran estabilidad a la forma arquitectónica. Ademas, debe predimencionar los elementos estructurales de manera que aseguren la factibilidad del diseño, e integrar la estructura a la forma arquitectónica, de modo tal que no resulte un agregado puramente tecnológico, sin valor en si mismo.

La estructura, además de sostener la carga de una obra, desempeña un papel importante en la organización espacial de ésta. La relación entre espacio y estructura puede ser abordada de diferentes maneras, existen cuatro tipos generales de relaciónes: el orden estructural dominante, consiste en dejar que sea la estructura la que defina los espacios que uno quiere crear, el orden espacial dominante, que opta por definir primero los espacios y luego forzar a la estructura a adapatarse a ellos, la relación armónica entre ellos, caracterizada por la concordancia entre ambos ordenes, y la organización espacial independiente de la estructura, ambas pueden coexistir, cada una obediente a su propia lógica y libre por tanto, de las posibles coacciones impuestas por la otra.

Por tanto, es importante saber escoger un sistema estructural que este en concordancia con la organización espacial que se pretende conseguir, para que no haya complicación, una vez establecido el modelo estructural, que éste pueda influir y no responder en la organización espacial.

Al hablar de orden espacial y sistema estructural, es fundamental mencionar al arquitecto modernista franco-suizo Charles-Edouard Jeanneret, mejor conocido por el seudonimo de Le Corbusier (el cuervo), quien experimenta el tema de la independización del sistema estructural de concreto de la organización espacial y la creación de espacios, y decide reservar el papel de la estructura en la identificación del lugar. También, hizo experimentos en el estudio del espacio limitado por espacios horizontales, y en el tema de la plástica, parte fundamental de su creación, clave incluso para entender su trabajo arquitectónico.

Sus obras cumplen con el concepto forma-diseño del que habla Louis Kahn en su libro Essential Texts. Explica que la forma es inmaterial y no tiene dimensiones (el que), y el diseño es material y tiene dimensiones (el como). Al comprender lo que la forma es, es decir, la definición y las características esenciales del concepto que lo hacen diferente de cualquier otra forma o concepto, puede crear un diseño de la estructura física en la que se manifiesta la forma. Es por ello, que escoge la estructura en relación con el espacio, para que sea sinonimo de armonía y de caracter al espacio. Por tanto, el espacio arquitectónico debe revelar por si mismo las decisiones de su forma.

La arquitectura modernista de Le Corbusier ha sido considerada la más influyente de la historia, seguida por arquitectos del presente y pasado. Su influencia se póstula en cinco puntos importantes para una “nueva arquitectura”:

–       Bloques elevados sobre pilotes
–       Planta libre
–       Fachada libre independiente de la estructura
–       Ventanales longitudinales
–       Cubiertas planas ajardinadas

El edificio de la Maison de l´Homme, actual museo Heidi Weber, diseñado en 1961-1967 en Zurich, Suiza, es un ejemplo de la composición de su postura la “nueva arquitectura» de sus obras. Éste proyecto fué finalizado dos años después de su fallecimiento.

La obra cumple con las caraterísticas: de la construcción módular, el empleo de materiales prefabricados, el diseño de espacios multifuncionales y su postura de los cincos puntos importantes para una “nueva arquitectura”.

Ésta compuesta por dos cubiertas de estructura de acero separadas: la primera es una “cubierta parasol” hecha con chapa de acero soldada, bajo la cual descansa una segunda cubierta estructural en sistema modulador a partir de láminas metálicas plegadas y atornilladas en las que se encuentran los paneles de separación y de la fachada. La lámina esmaltada de la fachada y la rampa de hormigón forman parte del diseño estético y del arriostramiento (evitan el deformamiento de la estructura). Las columnas y vigas son indispensables para el ritmo modulador del espacio. El edificio esta cimentado por un cajón de hormigón.

PLANTAS

CORTES

RENDERS

En fin, toda obra arquitectónica requiere de un sistema estructural que lo sostenga, y puede permanecer independiente a la organización de los espacios, facilitando seguir el esquema de Le Corbusier de la “nueva arquitectura”.

Publicado por Susana Castant

Estudiante de Arquitectura de la Universidad Iberoamericana

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