Experiencia única

Este conjunto ha sobrevivido hasta nuestros días como prueba real que se puede hacer arquitectura con características sociales en donde al mismo tiempo se pueda promover el intercambio cultural, el deporte, religión y social. En primer lugar, es un lugar agradable donde se puede vivir bien; es decir, llegar del trabajo y descansar, dormir, prepara la comida, etc. habitarlo de la mejor manera que cada quien crea pertinente. Si a esto le sumas que dentro de un radio de menos de 200 mts tienes un espacio para hacer deporte, enfermería, pequeños «changarros» para comer, papelerías y otros pequeños comercios utiles, creo que resulta un lugar muy cómodo para vivir.

El único problema que parece tener es que los departamentos tienen muros muy delgados y no tienen ningún tratamiento acústico. Supongo que habán momentos demasiado incómodos y por tener tantos vecinos no sabrás a quién culpar. Sin embargo, son momentos invaluables que deben de dotar a este conjunto de su esencia. Escuchar al perro del vecino ladrando en la madrugada podrá servir como un buen despertador, escuchar un partido de futbol a todo volumen mientras te bañas y saborearte un guiso con solo olerlo aunque no sepas de donde viene es parte de la maravilla y la multiplicidad de formas que tiene este lugar.

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