CRÍTICA CASA ORGÁNICA

Crítica Casa Orgánica

La casa orgánica es un proyecto que desarrolló y construyó el arquitecto mexicano Javier Senosiain en colaboración en proyecto con el arquitecto Daniel Arredondo en 1984. La casa se ubica en el municipio de Naucalpan, Estado de México y cuenta con una superficie de 160m2.

La casa fue proyectada para un cliente muy especial; el propio arquitecto Senosiain. Ésta surge como refugio tomando como idea principal y origen el claustro materno pues ahí es en donde todos los seres humanos comenzamos a vivir y es la primer forma de habitar que conocemos. Como el organismo de la madre que protege, resguarda y le brinda todo el confort posible a su bebé, la casa ofrece lo mismo al usuario, acogiéndolo y brindándole no sólo seguridad, sino también, confort y bienestar.

La propuesta de la casa orgánica es un resultado del estudio de las necesidades del hombre y de sus movimientos como líneas sutiles, que al cambiar de dirección generan formas curvas; así como el resultado de la ubicación de los árboles existentes en el terreno y el análisis de su contexo (vientos, asoleamiento, vistas, vegetación). El programa de la casa es pequeño; sin embargo, está bien resuelto, ya que logra su objetivo: ser un lugar acojedor y que responde a las necesidades del usuario. La casa cuenta con un espacio para convivir (público) y un espacio para dormir (privado); el primero estando a mayor altura que el segundo, ya que el acceso está en la parte superior de la casa y conforme va bajando el terreno, uno va adentrándose en la privacidad del arquitecto.

La casa está enterrada y da la impresión de ser una cueva que ya existía en el terreno porque lo que se quiere es lograr un mimetismo con el medio ambiente y que también se contribuya a la preservación de éste, ya que al estar cubierta de tierra y vegetación, no hay necesidad de calefacción ni aire acondicionado incluso en los días con temperaturas extremas. La conversación entre la casa y el medio ambiente es tan fluida que el límite entre estos se llega a perder.

La casa parece ser como un organismo vivo, ya que la estructura (esqueleto), materiales (piel), programa (anatomía) y terreno funcionan de manera conjunta y no se puede concebir uno sin el otro; todos son igual de importantes para el proyecto.

Todo lo anterior me lleva a preguntarme sin en verdad es la Casa Orgánica la manera correcta de hacer arquitectura o si al proyectar hay que tomar en cuenta primero la volumetría, la funcionalidad, o el contexto.

Por ejemplo, por otro lado, tenemos la arquitectura de Mies Van der Rohe que es completamente diferente en cuanto a forma se refiere porque la volumetría la da el resultado de la funcionalidad y el acomodo de los espacios. Lo cual no quiere decir que la estética quede en segundo plano, porque al igual que en la arquitectura orgánica de Senosiain, Mies la hace parte esencial de la obra. En lo que se marca la mayor diferencia de las obras de estos dos arquitectos es su manera de proyectar, pues mientras uno quiere ser protagonista (Mies Van der Rohe), el otro (Senosian) prefiere conversar con su contexto. La ortogonalidad y rigidez de la arquitectura de Mies le da un carácter monumental a la obra al querer resaltar de su contexto; por otro lado, arquitectura como la de la casa orgánica por tener como objetivo el mimetismo, no es posible que pueda ser monumental. Por lo tanto, no quiere decir que porque uno de ellos haya construido a mayor escala, es más perfecto que el otro, simplemente, es que al tener objetivos y perspectivas diferentes de entender la arquitectura, ambos tomaron distintas direcciones y, aunque algunos se inclinen por cierto tipo, es verdad que sus obras son piezas importantes en la historia de la arquitectura.

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